Si nos pidieran que dijéramos el nombre de una empresa privada que lanza cohetes al espacio, probablemente diríamos SpaceX. La compañía fundada por Elon Musk se ha labrado una sólida reputación en los últimos años, en gran parte debido al éxito de su sistema reutilizable Falcon 9. Ahora bien, en esta industria también hay otros actores que merece la pena destacar. Rocket Lab es parte de este grupo.
Estamos hablando de una firma fundada en 2006 en Nueva Zelanda por un empresario llamado Peter Beck. Tres años más tarde, Rocket Lab alcanzaba por primera vez el espacio con el cohete Atea-1. En un movimiento estratégico clave, en 2013 estableció su sede en California, Estados Unidos, donde poco después presentó a Electron, un estupendo vehículo de dos etapas para cargas útiles pequeñas.
Rocket Lab tiene un cohete estrella
Electron voló por primera vez en 2017, pero se produjo un fallo que no le permitió alcanzar la órbita. Un segundo intento realizado en 2018 fue un auténtico éxito. Desde ese entonces, este sistema de lanzamiento de Rocket Lab suma 52 lanzamientos y 192 cargas útiles entregadas con éxito. Puede que este logro parezca muy pequeño frente a los 361 lanzamientos del Falcon 9, pero tiene importancia.
Cuando hablamos de Electron estamos haciendo referencia al segundo cohete estadounidense lanzado con más frecuencia, y todo parece indicar que la compañía de origen neozelandés todavía tiene muchos hitos por alcanzar. A medida que se afianza como una opción de acceso al espacio para cargas útiles pequeñas y ligeras, trabaja para hacer de su popular cohete un sistema reutilizable.
Electron se presenta como un sistema de lanzamiento de dos etapas de 18 metros de altura y 1,2 metros de diámetro. Su estructura está hecha con un material compuesto de fibra de carbono, que se caracteriza por ser ligero y resistente. Es un cohete pequeño que puede llevar a la órbita terrestre baja (LEO) un máximo de 300 kilogramos. El Falcon 9 puede llevar hasta 22.800 kilogramos.
Uno de los próximos grandes objetivos de Rocket Lab es conseguir que la primera etapa de Electron sea reutilizable. En el pasado, la compañía ha recuperado varios propulsores, pero recientemente avanzó notablemente cuando envío uno de los propulsores recuperados a la línea de producción para un posible vuelo futuro. La reutilización le permitiría abaratar aún más los costes de lanzamiento.
En la actualidad SpaceX lidera en el aspecto precios. La compañía liderada por Musk ofrece las tarifas por kilogramo de acceso a LEO más asequibles. Falcon 9 puede desplegar cargas útiles por nos 6.000 dólares por kilogramo, mientras que Electron eleva ese precio a 20.000 dólares. Es una diferencia sustancial, pero que no ha impedido que ambas compañías tengan una amplia variedad de clientes.
Rocket Lab presume en su página web que presta servicios para la NASA, la Fuerza Espacial de Estados Unidos, DARPA, Cannon, SpaceFlight, Astro Digital, Fleet, entre otras organizaciones. También tiene pequeños clientes, como instituciones educativas de todo el mundo, que necesitan acceder al espacio para desarrollar algunos de sus proyectos. Electron parece tener un muy buen futuro por delante.
Imágenes | Rocket Lab
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La noticia
El increíble ascenso de Electron Rocket Lab: el cohete que ya suma más de 50 lanzamientos y que ahora apunta a la reutilización
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Xataka
por
Javier Marquez
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